Collado. La maldición de una casa de comidas de Carles Armengol
Cuando eres pequeño el mundo queda acotado por las calles que te han visto crecer. Cualquier distancia que traspase los márgenes de tu casa o del parque al que vas a jugar es percibida con la misma excitación y alegría que manifiestas al marcharte de vacaciones.
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