Querido Señor Daniels de Brittainy C. Cherry
Saqué del bolso la novela que estaba leyendo. Tenía pensado sentarme allí hasta que Hailey hubiera tenido su ración de desamor de la noche. Abrí el libro y mis dedos viajaron por las páginas, sintiendo la textura. Levanté el libro a la altura de la cara y lo olí, recreándome en el olor de las palabras sobre el papel. No había nada más romántico que la sensación de tener un libro entre las manos. |