La canción de la espada de Bernard Cornwell
Pero ¿Cómo podía mirar a su hija, ver sus moratones y dar su aprobación? Siempre había querido a sus hijos. Yo los había visto crecer, y le había visto jugar con ellos. ¿Acaso su religión le dejaba el camino expedito para humillar a aquella hija que adoraba?
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