Las vírgenes del paraíso de Barbara Wood
Rachel, te voy a decir una cosa que jamás le he dicho a nadie, no siquiera a Greg. Me fui de Egipto con deshonor. De hecho, mi padre me echó de casa porque me acosté con un hombre que no era mi marido y quedé embarazada. No éramos amantes sino enemigos. Aquel hombre había amenazado con provocar la ruina de mi familia si yo no me acostaba con él. Intenté resistir, pero él fue más fuerte. Así fue como abandoné Egipto.
|