Las sirenas del invierno de Barbara J. Zitwer
Joey se puso en pie y se le acercó. Ni en sus más locas fantasías habría imaginado al entrar en la casa una hora antes que le parecería totalmente natural e imperativo besar a Ian con todo su amor y ternura. Pero eso fue lo que hizo. Él se relajó en sus brazos le devolvió el beso con tosca, honda y reprimida emoción. Parecía inevitable que siguieran adelante. —Ven conmigo —susurró. —A Stanway House. |