Línea de fuego de Arturo Pérez-Reverte
Por eso las llaman Imparciales. Pero es lo que hay, y también los rojos las usan y las sufren. Pesan casi medio kilo y pueden ser arrojadas, según la fuerza de quién lo haga, a una distancia de veinte o treinta metros. Por si acaso, les quitan a los dos la horquilla de alambre, dejándolas listas para su uso.
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