Hazañas y aventuras del brigadier Gerard de Arthur Conan Doyle
Un instante después se oyó un inmenso retumbo de trueno, el cielo raso se vino abajo en pedazos y, dominando el alarido de los españoles aterrorizados, escuché el griterío terrorífico de los granaderos de la columna de asalto. Lo escuché como en sueños, como en un sueño beatífico, y ya no oí nada más.
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