Las hazañas del Brigadier Gerard de Arthur Conan Doyle
Diré que cuando el emperador necesitaba a alguien para una misión delicada, siempre me hizo el honor de recordar el nombre de Esteban Gerard, aunque parecía olvidarlo cuando tocaban a distribuir recompensas. De todos modos, fui coronel a los veintiocho años, de modo que no puedo quejarme.
|