ABISAL: A dos mil metros de profundidad, no existe lugar adonde huir de Armando Cuevas
Lo creamos o no, el futuro de la raza humana depende de que algún día seamos capaces de crear máquinas que nos salven de nosotros mismos. Y eso sólo lo lograremos concediéndoles el libre albedrío, igual que haría un Dios creador.
|