Vlad Draculea de Antonio Sachs
Se hablaba de cadáveres que se automutilaban; de cadáveres que se devoraban entre sí; de cadáveres que se bebían la sangre de familias enteras; de cadáveres que, si bien presentaban rigor mortis, jamás se corrompían, y de cadáveres que, al resucitar, solían traer consigo algo de los dominios de la muerte, como enfermedades, plagas, fallecimientos en cadena y malo augurios.
|