El idioma de los recuerdos de Antonio Gómez Rufo
Mi hermano repetía frases como un papagayo con la lección aprendida, era un vocero de la cultura que afirmaba aquello de «muerte a la inteligencia» y no dudaba en asegurar que hasta que no fusilaran a todos los intelectuales, fueran filósofos, escritores, profesores o artistas, no se lograría edificar el único Estado nacional salvador de la patria, de la religión católica y de los sagrados ideales del imperio.
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