Andrea Longarela
—¿Sabes cómo me gustan a mí las mujeres? —Ni lo sé ni me importa. Ya te lo he dicho. —Como tú.. —Como yo —repetí, alzando una ceja. —Sí. Guerrera. Apasionada. Viva. Un tanto desequilibrada. —Levanté el brazo para quitarlo de en medio, pero lo atrapó con su mano y posó la nariz en mi cuello; quise correrme muy fuerte—.Pequeña por fuera, pero grande por dentro. |