El mordisco de la medianoche de Anabel Samani
El cuadro, indemne, mostraba la casa inglesa con las contraventanas cerradas, las flores amarillas y rojas salpicando el prado y en el centro, no un esqueleto o una cruz, sino una mujer de trenza negra mirando al frente. Desafiando al mundo a que intentara acabar con ella.
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