Perdedores de Anabel Rodríguez Sánchez
En la calle, un niño vocea las desgracias que los periódicos publican, dramatiza y grita. No quiere ser invisible porque necesita el dinero para ayudar a mantener las miserias de su casa, pero eso no importa a nadie, eso es normal: niños que apenas saben leer, mujeres y hombres analfabetos que trabajan como bestias por un salario tan indigno como impresentable.
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