De cada quinientos un alma de Ana Paula Maia
Con la epidemia vino el aislamiento. Con el aislamiento, el silencio. Quien no se soporta a sí mismo entenderá que el infierno no son los otros ni está en la profundidades de los abismos.
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De cada quinientos un alma de Ana Paula Maia
Con la epidemia vino el aislamiento. Con el aislamiento, el silencio. Quien no se soporta a sí mismo entenderá que el infierno no son los otros ni está en la profundidades de los abismos.
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