Las herederas de la Singer de Ana Lena Rivera
Porque por gusto a la mina no baja nadie. Te digo yo que no hay peor infierno que aquello. Y encima los hombres que quedan no las quieren allí. Claro que, cuando terminen de cerrarlas, ya no bajarán ni hombres ni mujeres. Mi hija aguantó la perorata de su bisabuela con un estoicismo que no acostumbraba a demostrar con nadie más. —Es que, bisa, no se trata de que un trabajo sea bueno o malo, se trata de que podamos hacer lo que nos dé la gana, aunque sea bajar a la mina —le explicó con una paciencia impropia de la adolescencia. |