La parcela de Alejandro Simón Partal
La enfermedad es una grandeza impuesta que nos ruboriza de la peor forma. Nos niega los dos mundos posibles, el de los muertos y el de los vivos. Y eso hace de los enfermos seres altísimos que inician una realidad lejana de esas dos dimensiones: islas frágiles, minúsculas, que no llegan a ser ni tierra ni mar, y desde donde se aprende a ver, a interpretar la arquitectura del relámpago, la sed paciente de los castaños.
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