La Rive Gauche: Arte, pasión y el renacer de París, 1940-1950 de Agnès Poirier
Sartre y Beauvoir tenían una disciplina inquebrantable. Trabajaban desde las nueve de la mañana hasta la una del mediodía, salían a comer y se veían con amigos hasta las cinco, y luego se sentaban de nuevo ante sus escritorios hasta las nueve de la noche, tras lo cual cenaban y muy a menudo volvían a salir. Se ceñían a su rutina, incluso en vacaciones.
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