La vida vale la pena, ya verás de Agnès Martin-Lugand
Había tratado de convertir La Gente en un lugar amable, cálido, abierto a todos, en el que las diversas literaturas tuvieran su espacio. Quería aconsejar a los lectores y darles la oportunidad de entretenerse, de leer las historias que quisiesen sin sentir vergüenza. No importaba si apetecía un premio literario o un éxito popular, solo contaba una cosa: que los clientes leyesen, que no tuvieran la impresión de ser juzgados por su elección.
|