Detrás de un beso de Adriana Rubens
—No te juzgaríamos si decidieras entregar tu corazón a otra persona, Jacqueline —musitó Samantha poniendo una mano sobre las suyas en un gesto de cariño. —El problema es que no puedo —repuso ella con una sonrisa triste—. No se puede entregar lo que ya no te pertenece. |