¿Para qué sirve realmente la ética? de Adela Cortina
Trabajar por la justicia es incómodo, exige afrontar situaciones desagradables que van desde lo más sencillo en la vida cotidiana, desde el ir a contracorriente en un mundo conformista y camaleónico, al riesgo de cárcel, tortura y muerte, que han sufrido y sufren tantos seres humanos en la historia. Por eso cuesta tanto conjugar justicia y felicidad, porque a menudo la felicidad no se entiende como autorrealización, acompañada de una cierta suerte, sino como estar bien.
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