El sueño de los muertos de Virginia Pérez de la Puente
—Oh, por favor —exclamó divertida—. No me digas que te asustas por tan poco. —Una bruja —farfulló él. Su espaldo chocó contra la puerta. Tanteó en busca del pomo sin apartar la mirada de ella. “¿Qué va a hacer ahora?” Tragó saliva. Ella rio. —Qué simples podéis llegar a ser —comentó, cogiendo agua en el cuenco de sus manos y derramándosela sobre el rostro—. No soy nada, Kal. Soy Tije. Sólo Tije. —Le guiñó un ojo. Una gotita se desprendió de sus pestañas y rodó por su mejilla empapada—. Deja de hacer el idiota y siéntate. |