La cocinera irlandesa de Mary Beth Keane
Su país natal se teñía de verdes y azules en verano, de naranjas y rojos en invierno; Nueva York, sin embargo, era monocromática mirara hacia donde mirara: las lodosas avenidas, los carruajes salpicados de barro, las grises teas, los ladrillos de un rojo descolorido, el humo del carbón que impregnaba el aire y lo emborronaba todo...
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