La culpa fue de Saramago de María Dolores Laso Flores
Es increíble lo que una escena aparentemente insignificante de nuestra existencia puede condicionar el resto de nuestra vida. Un acto inocente puede convertirse en el cráter de un volcán, en la lava que arroja gases, brasas y cenizas, que deslizándose con lentitud por nuestro día a día empieza envolviéndonos y acaba asfixiándonos.
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