El año de Saeko de Kyoichi Katayama
Y, viviendo así, entre algodones, llega un momento en que el cuerpo acaba volviéndose holgazán, el funcionamiento de los nervios autónomos se descontrola y aparece la alergia al polen. Y, si el cuerpo se vuelve perezoso, seguro que al cerebro le sucede lo mismo. Total que, igual cada vez son más las personas aquejadas de alergia al polen, también aumentan los individuos con un tornillo flojo.
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