Jack El Destripador: La Leyenda Continúa de Gabriel Antonio Pombo
La escabrosa celebridad adquirida por el asesino serial Jack el Destripador se construyó a lo largo de un lapso inferior a las diez semanas. De hecho, desde el 31 de agosto de 1888 -óbito de la primera víctima canónica- pasando por la llamada Noche del doble acontecimiento, y durante aquel octubre, donde sus matanzas representaron tapa de portada en los rotativos británicos, se consolidaría su reinado de terror. A partir de la fatal madrugada del 30 de septiembre de ese truculento año la prensa y el público se enterarían del alias que se había puesto a sí mismo el criminal. Y aun cuando al presente existan pertinaces recelos de que el inquietante seudónimo se lo atribuyeron periodistas sedientos por vender noticias, lo cierto fue que en todo el orbe se llegó a identificar por medio de aquel pegadizo apodo a ese homicida sin parangón.
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