El instituto para la sincronización de los relojes de Ahmet Hamdi Tanpinar
Las particularidades y rarezas que conformaban su personalidad se basaban en unos cimientos poderosamente humanos. Seyit Lütfullah carecía de dichos cimientos. Su grotesta sombra flotaba en el vacío de la falsedad. Era una máscara, una personalidad prestada.
|