En primer lugar quiero aclarar que mi problema no va a ser con las acciones de la protagonista, sino con la autora escribiendo esas conclusiones precipitadas y forzadas, ¿cómo se te ocurre algo así como desarrollo natural del libro? Pues muy bien, la explicación está en los spoilers: A R. F. Kuang se le ha ocurrido algo así porque lo de los matices no es lo suyo. Me da igual la opinión de la gente que diga que es una protagonista gris o que la moralidad es dudosa: meter el genocidio de toda una isla porque sean los malos y no hacer un mínimo de desarrollo en este libro (me da también igual si ocurre en los siguientes porque yo juzgo este libro por lo que es y no por lo que son los siguientes). Queda plano, recurso de última hora sin pensar en la gravedad del asunto y sin la solemnidad que la muerte de cualquier persona, no hablemos ya de miles o de cientos de miles, merece. Además, dado que los malos, Mungen, son Japón y el pueblo de Rin es China queda hasta un poco como que Japón se merecía la bomba atómica porque es más o menos lo que hace Rin pero con magia en lugar de con aviones estadounidenses. No es el mensaje principal, pero cada vez que me paro a pensarlo me da la sensación de que se defiende como la conclusión lógica de las maldades japonesas (que son muchas y muy graves, es un país horrible incluso ahora y que está terriblemente romantizado), como el castigo por sus pecados, solo que el lugar del infierno con el diablo hay que llevarles el infierno en la tierra como consecuencia. de verdad, sigo alucinada no con que la protagonista cometa los crímenes que comete (que me dan igual los personajes que hacen atrocidades, disfruto de Juego de Tronos y defendería a mis favoritos como si fuera su abogada ante un tribunal de guerra, es solo que la cuestión de por qué las comete Rin me parece más justificada en la psique de la autora más que en la necesidad de la autora. Y eso me preocupa bastante y me revuelve el estómago. Porque estas sensaciones están justificadas por el hecho de que capítulos antes Kuang te lanza a la cara la Masacre de Nanjing con la delicadeza de quien tira ácido a alguien al azar en el metro. Es algo que revuelve las tripas por las descripciones que se hacen y porque la autora se regodea de hacerlo, como si dijera "mira todo lo que ha sufrido China a manos de Japón, ahora tienes que pensar que son los malos al 100%". No encuentro otra explicación para tanto nivel de detalle de uno de los mayores crímenes de la humanidad, tratado como un evento más de un libro de ficción que merece ser expuesto con fines dudosos, puesto que es difícil encontrar una justificación para tal nivel de detalle. Quitando que es porno de una masacre, usando a un personaje para narrar la increíblemente horrible violencia sexual que sufrieron mujeres reales, no se me ocurre ninguna razón para tanta descripción, sobre todo cuando no es la tónica del libro. Las barbaridades de la Unidad 731, también adaptadas a la obra, no son tan explícitamente contadas como lo que ocurre en la ciudad, y aún así resultan desagradables al formar parte del libro. ¿Tanto detalle y sufrimiento sirve para radicalizar a Rin o para que el lector no se sienta alarmado ante la presencia de un genocidio contra el enemigo? Porque yo sigo diciendo que parece que se basa más en lo segundo, en justificar todo en moralidad gris, que en algo que el personaje necesite, sobre todo cuando lleva siendo más plano que una hoja las 500 páginas anteriores. Porque esa es otra cosa, la evolución del personaje no es que sea deficiente, es que es como cuando cambian a una actriz y tienes que fingir que es la misma. al principio entiendes sus motivaciones, pero poco a poco va degenerando y se convierte en una cría inmadura que se dedica a ir con sus caprichos por delante solo porque es más pobre que los demás y es discriminada por eso. A la Rin anterior nada de eso le importaba, ella tenía sus metas y en lugar de plantearse nuevas cuando sus objetivos se cumplen parece que se enquista el hecho de no ser una privilegiada social, cuando nunca lo ha sido, como si echase de menos algo que no ha tenido. ¿La vida es injusta? Mucho, pero las rabietas no tienen sentido, sobre todo cuando se le pasa al rato y le empieza a gustar el Draco Malfoy que iba con ella a clase. Además, resulta muy difícil empatizar cuando Kuang hace pasar varios años en unos pocos párrafos, con una evolución de personajes secundarios también inexistente porque de la nada desaparecen y Rin está estancada en un odio que parece forzado por la trama para justificar al final lo que hace. Si se le suma que la parte del asedio es bastante aburrida y no aporta nada relevante, el resultado es que gran parte del libro no tiene mucho sentido y luego la culminación todavía menos y se supone que tenemos que verlo coherente y cohesionado. La narrativa también es bastante pobre a veces, con diálogos larguísimos y que resultan hasta pesados, lo que hace que disfrutar de la historia al final no sea tan sencillo. + Leer más |