Hacía mucho que no me encontraba con un libro así. Un libro que sin saberlo, sin conocerlo, echaba de menos leer. Me ha recordado a otros libros, podría decir que a Canto yo y la montaña baila o La nostalgia de la mujer anfibio. Y a su vez me ha parecido único. Es un entramado de arraigos, de pertenencia, de nostalgia, de liturgia y magia, de costumbres… este libro tiene su propia atmósfera creada por Andrea de manera brillante. La isla de la que habla nuestra protagonista fue hogar, lo sigue siendo, pero parece que axfisia. Por eso esa necesidad de irse para volver. Y cuando vuelve todo cobra vida en la casa que era de sus abuelos: recuerdos, sueños, el propio cuerpo, la casa… Hay un cordón umbilical que nunca se corta, que se conserva. En realidad, esta isla la componen sus habitantes. Pero sobre todo sus mujeres, esas que componen el horizonte en Galicia mariscando “cómo montañas salidas del mar”. Son particulares, únicas, extrañas y curiosas criaturas. La isla son ellas y su historia, sus saberes, sus rituales y su mitología. Maruja, Berta, Elcinia, Carmen, Flora… siempre ellas en la memoria colectiva. Me quedo con la escritura de Andrea, con su prosa que parece poesía, con lograr una identidad propia dentro de sus páginas. Gracias Andrea, por darnos este relato. Un maravilloso descubrimiento. En serio, tenéis que leer este libro. + Leer más |