Pequeñas grandes cosas de Jodi Picoult
Todas las criaturas nacen hermosas. Es lo que proyectamos sobre ellas lo que las hace feas. |
Pequeñas grandes cosas de Jodi Picoult
Todas las criaturas nacen hermosas. Es lo que proyectamos sobre ellas lo que las hace feas. |
Pequeñas grandes cosas de Jodi Picoult
El amor no tiene nada que ver con lo que miramos y tiene todo que ver con el que mira.
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Lazarillo de Tormes de Anónimo
-¿Cómo, y olisteis la longaniza y no el poste? ¡Oled! ¡Oled! -le dije yo.
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Lazarillo de Tormes de Anónimo
No era yo señor de asirle una blanca todo el tiempo que con él viví, o, por mejor decir, morí.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Elizabeth no se había visto nunca en la situación de fingir que sus sentimientos eran lo que no eran en realidad. Pero ahora tuvo que reír cuando más bien habría querido llorar
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Las insensateces, las tonterías, los caprichos y las inconsecuencias son las cosas que verdaderamente me divierten, lo confieso, y me río de ellas siempre que puedo
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Creo que en todo individuo hay cierta tendencia a un determinado mal, a un defecto innato, que ni siquiera la mejor educación puede vencer
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Siguieron paseando sin preocuparse de la dirección que llevaban. Tenían demasiado que pensar, que sentir y que decir para fijarse en nada más.
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Persuasión de Jane Austen
Nosotras no nos olvidamos tan pronto de ustedes como ustedes se olvidan de nosotras. Quizá sea éste nuestro destino y no un mérito de nuestra parte. No podemos evitarlo. Vivimos en casa, quietas, retraídas, y nuestros sentimientos nos avasallan.
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Persuasión de Jane Austen
Ser solicitada como algo útil, aunque sea en una forma impropia, vale más, al fin y al cabo, que ser rechazada como algo inútil.
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La casa de la alegría de Edith Wharton
Tenía la impresión de que la casa, la calle y el mundo entero estaban vacíos y de que ella era el único ser consciente en un universo inanimado
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La casa de la alegría de Edith Wharton
Puesto que había sido educada para ser un adorno, no era suya toda la culpa si no estaba capacitada para una labor práctica, pero este descubrimiento había acabado con el consolador sentido de su eficiencia universal.
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El infinito en un junco : Nueva versión revisada y aumentada de Irene Vallejo
El libro ha sido nuestro aliado, desde hace muchos siglos, en una guerra que no registran los manuales de historia: la lucha por preservar nuestras creaciones valiosas: las palabras, que son apenas un soplo de aire; las ficciones que inventamos para dar sentido al caos y sobrevivir en él; los conocimientos verdaderos, falsos y siempre provisionales que vamos arañando en la roca dura de nuestra ignorancia.
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Xingú de Edith Wharton
Ya era un hecho abiertamente reconocido que, como integrante del Club del Almuerzo, la señora Roby había resultado un fiasco.
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El infinito en un junco : Nueva versión revisada y aumentada de Irene Vallejo
El libro ha superado la prueba del tiempo, ha demostrado ser un corredor de fondo. Cada vez que hemos despertado del sueño de nuestras revoluciones o de la pesadilla de nuestras catástrofes humanas, el libro seguía ahí. Como dice Umberto Eco, pertenece a la misma categoría que la cuchara, el martillo, la rueda o las tijeras. Una vez inventados, no se puede hacer nada mejor.
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Xingú de Edith Wharton
- Sabiendo lo absorbente que es el tema, comprenderá usted cómo ha podido ocurrir que el club haya arrumbado de momento todo lo demás.
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El infinito en un junco : Nueva versión revisada y aumentada de Irene Vallejo
Los reyes usaron las enormes ventajas del poder absoluto para enriquecer su colección. Si era preciso rebanar cuellos o arrasar cosechas para hacerse con un libro codiciado, darían la orden de hacerlo diciéndose que el esplendor de su país era más importante que los pequeños escrúpulos.
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El infinito en un junco : Nueva versión revisada y aumentada de Irene Vallejo
"Escribir es intentar descubrir lo que escribiríamos si escribiésemos". Así lo expresa Marguerite Duras, pasando del infinitivo al condicional y luego al subjuntivo, como si sintiese el suelo resquebrajarse bajo sus pies.
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