Todo es silencio ha supuesto la primera incursión que hago en la obra de Manuel Rivas, autor del que todos hablan maravillas y que tan buenas criticas ha recibido. Es esta una novela negra un tanto atípica cuya historia, llena de pasiones, trata sobre la globalización del delito y cuyo principal protagonista es el mar que, de un modo u otro, siempre está presente. Rivas nos adentra en Brétema, un pueblo ficticio de la costa gallega cuyo mar es bravo a veces, calmo otras; una veces da y otras quita, como los personajes que lo pueblan. Todo comienza cuando Fins, Brinco y Leda -tres amigos de la infancia que aún poseen esa inocencia que da el desconocimiento de la realidad adulta- se cruzan en el camino de Mariscal, el capo, el señor que hace y deshace a su antojo; un contrabandista reconvertido en narcotraficante que, como si fuera un Dios, puede cambiar la fortuna o el destino de las personas si así se lo propone. Seremos testigos de una época en la que el contrabando de tabaco en las zonas fronterizas gallegas hizo ricos a los que en tiempos de guerra se dedicaban al estraperlo y que, con el pasado del tiempo, terminó derivando en contrabando de armas, mujeres y drogas, emergiendo así un poder oculto cuyas conexiones llegan a las más altas esferas. El tiempo también pasa para Fins, Brinco y Leda, cuyas vidas cambian conforme avanzamos en la lectura pero que terminarán encontrándose años después. Y ahí está Mariscal, siempre en las alturas, oteándolo todo. Una historia dura por la cercanía con la realidad de lo que fue y de lo que pudo haber sido, tan visual que da la impresión de estar viendo una película en vez de leyendo un libro gracias a la prosa cuidada de Rivas que, como el mar, es calma en unos momentos y brava en otros. Lectura corta pero intensa, muy recomendable incluso para los que no gustan de la novela negra. Enlace: http://exlibrii.blogspot.com.. + Leer más |
En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, llegan a la península ibérica dos barcos con seiscientos alemanes provenientes de Camerún. Se han entregado en la frontera guineana a las autoridades coloniales por ser España país neutral. Se instalan, entre otros lugares, en Zaragoza, donde forman una pequeña comunidad que jamás regresará a Alemania, aunque no podrán escapar al devenir de la historia cuando se produzca el auge y la caída del régimen nazi. Entre sus descendientes están Eva y Fede, quienes, más de un siglo después, se encuentran en el cementerio alemán de Zaragoza en el entierro de Gabi, su hermano mayor. Junto con su padre, ellos son los últimos supervivientes de los Schuster, una familia que llegó a tener un importante negocio de alimentación hoy desaparecido. Con una intriga que crece página a página, Los alemanes es una ficción sobre la culpa, el poder y la corrupción que alumbra el infierno que puede llegar a ser, en ocasiones, la familia.
«Narra con maestría un suceso muy poco conocido de la historia española relacionado con las mutaciones del nazismo y con hondas consecuencias en el mundo actual. Oscuros secretos familiares encierran un pasado amenazador capaz de destruir el presente. ¿Heredan los hijos la culpa de los padres? Una novela apasionante que pone a prueba la conciencia de los personajes y que sacude la del lector».
Del acta del jurado del XXVII Premio Alfaguara de novela, integrado por Sergio Ramírez, Juan José Millás, Laura Restrepo, Rosa Montero, Manuel Rivas y Pilar Reyes.