La casa del dolor ajeno

Julian Herbert se apunta cinco estrellas con este ensayo, en virtud del trabajo de investigación, recopilacion, exposición de uno mas de los hechos deleznables y ocultos de la racista historia de Mexico, la matanza de chinos en Torreon Coahuila, acaecida durante la Revolución Mexicana de 1910
Un episodio, donde “ la revolucion les hizo justicia “ a todos aquellos que se beneficiaron de lo previamente construido por los hijos del imperio celeste en esa Zona,pero los revolucionarios cometieron una enlrme injusticia contra este grupo racial, como mencionan muchos de los actores de aquel negro episodio, “ nomas por ser chinos”
Reivindicado por nadie y justificado por todos, paso al olvido, tan oscuro episodio, como siguen pasando en la reciente historia de Mexico muchos otros ...
Un episodio de corte puramente localista ( no aparece en ningun libro de historia oficial ) vergonzoso y por tal razón repetido hasta la saciedad en este pais, con más que cierta regularidad ( La repetición de la historia en virtud de su desconocimiento)
La construcción concentrica de la narrativa, que pudiese considerarse un poco farragosa y lenta, hacia el final, no hace si no apuntalar, lo crudamente real y tremendamente indignante de dicho episodio, itero lo vergonzoso para quienes aun siguen disfrutando de lo obtenido en aquella época y de los canales oficiales que en su momento se encargaron de desvirtuar el hecho, pretendiendo que este terrible pogrom fue en respuesta a un ataque previo de los chinos de la zona, a los revolucionarios, y que a la fecha han soslayado el asesinato multitudinario, pretendiendo que progreso e historia se confabulen para dejarlo finalmente soterrado e irresoluto,
Inconcebible ademas, que su trabajo literario haya tenido que ser presentado en Chile, restándole así más importancia al contexto de esta obra
Parafraseando un titulo de Patricia Cornwell... Duro y Cruel...asi, no más
Nada justifica la inhumana cacería y despiadada ejecución, pero es aún menos justificable la versión oficial de los “ próceres “ del supuesto movimiento libertario, entre ellos el hermano del gestor del movimiento revolucionario, Gustavo A Madero quien incluso desconocia lo que pasaba y Benjamin Argumedo, este sí participante directo,