Calvin y Hobbes 7. El ataque de los monstruos mutantes de nieve

De nuevo me adentro en el imaginativo mundo del pequeño Calvin gracias a otro préstamo de mi vecino, que está haciendo la colección completa de álbumes que está publicando Astiberri actualmente.

Lo que me pasa con Calvin y Hobbes (y también con otros personajes como Carlitos y Snoopy o Garfield) es que no importa lo mucho que leo sus viñetas que nunca me llegan a cansar, incluso aunque se repitan los temas siempre hay algo original, o diría incluso que es tranquilizador el sentir que vuelves a algo que conoces, como suele decirse de esos lugares donde fuiste feliz, ¿no? Pues así me he sentido leyendo este último álbum, un poco como estar a gusto en casa.

Supongo que, a día de hoy, Calvin es un niño del que se diría que tiene TDAH porque es imposible que se concentre en clase. Si la maestra le pregunta algo en su cabeza visualiza una invasión de alienígenas, o si tiene que hacer un examen se convierte en un Tyrannosaurus Rex que destroza todo a su alrededor hasta que suena el timbre y entonces se da cuenta de que no ha contestado ni una sola pregunta. Por todo ello cuando sus padres son llamados a una reunión con la tutora Calvin decide hacer las maletas, porque aunque parezca que vive en su mundo sí que está preocupado porque le castiguen.

También son muy graciosas las tiras protagonizadas por sus padres, que aun siendo meros secundarios logran llegar al lector adulto con sus subidas resignadas de ojos ante las ocurrencias de su hijo o con sus comentarios acerca de en qué momento se les ocurrió ser padres o lo cansados que están al ver su casa inundada o su jardín plagado de muñecos de nieve diabólicos.

A todo esto no podemos olvidarnos de su inseparable amigo Hobbes, el tigre de peluche que le acecha cuando vuelve a casa del colegio para darle un buen zarandeo, pone en duda algunas de sus ideas pero le acompaña siempre en sus aventuras. Me encanta su actitud ante la vida y lo incondicional de su amistad con Calvin.

En definitiva, solo puedo recetaros Calvin y Hobbes en esos días en que necesitéis un poco de ánimo extra :-)