Desde que leí
Alas de Sangre tuve que claro que la forma de escribir de Rebeca Yarros engancha, pero nunca me imaginé que tanto como me enganchó en este libro. Es un libro que me gustó mucho, porque a pesar de ser un libro romántico tenemos mucha más historia detrás. El libro se desarrolla en dos líneas temporales, el presente en el que se está viviendo la toma de Afganistán por los talibanes y los conflictos y peligros que surgen y cuando se conocieron Nate e Izzy 10 años antes, la historia es narrada a dos voces, la de nuestros protagonistas. Entre los dos protagonistas me quedo sin duda con Nate ya que es un personaje mucho más complejo que Izzy y tiene más desarrollo, es un militar con todo lo que conlleva guerras, traumas, pruebas, pérdidas...
El desarrollo del estrés postraumático de Nate me dejó sin palabras, si que hubo un punto en el que se podía intuir lo que estaba pasando, pero no fue hasta el final cuando te das cuenta de lo ocurrido y en ese momento el libro te rompe, por parte del personaje de Izzy podría tener más desarrollo se me quedó un pelín corto, me gustó igual el personaje pero me faltó algo.
Sin duda es un libro que recomiendo, no sólo por la historia de amor que se desarrolla que es muy bonita, ya que es una de esas historias marcadas por el destino y los personajes parece que se atraen como dos imanes, sino también por todos los otros temas que se tratan y la forma en que se hace.
