Existir no es lo mismo que vivir.
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Existir no es lo mismo que vivir.
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Si nadie intenta matarte aquí, quiere decir que estoy haciendo bien mi trabajo allí.
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No fue una descarga tanto como una efervescente e indescriptible sensación de reconocimiento... como el satisfactorio clic de la pieza final del rompecabezas. Serena lo hubiera llamado destino, pero ella era una romántica empedernida. Yo lo llamé atracción. (Pág. 17) |
No era de esas personas que creen en las descargas de electricidad frente al primer contacto como en las novelas románticas, pero allí estaba, sacudida hasta los huesos. (Pág. 17) |
¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?