Toca hacer amigos. Me parieron así. Lo cierto es que si pongo en una balanza la ceguera de Saramago y el apocalipsis de king, se inclina hacia el portugués por mucho que pese la novela de don Esteban. Lo sé, son obras distintas, aunque en el fondo ambas hablan de lo mismo. El cambio en el comportamiento de la sociedad ante la devastación de un virus. Como también sé que decir que al texto del norteamericano le sobran páginas no es precisamente un alarde de creatividad, pero así lo creo, por muy tópica que parezca mi opinión. Sin embargo, obviar la otra realidad sería injusto y por lo tanto es necesario reconocer que en un altísimo porcentaje del libro el autor estuvo sencillamente magistral. La supergripe escapa del laboratorio donde se creó como arma bacteriológica. La propagación es rápida y letal y el mundo tal y como lo conocemos, se desmorona. King, en su arranque, crea un universo apocalíptico sembrando escenarios de muerte y desesperanza. El comienzo es abrumador y hace que las páginas vuelen casi sin pestañear. Lo es más, dadas las circunstancias de nuestra pasada pandemia, una variante más caprichosa en la actualidad nos llevaría hacia el desastre que nos dibuja el maestro, así que, cuando vayáis a hacienda ¡poneros la mascarilla por dios! que eso está lleno de cuerpos extraños. ¡¡Y no forniquéis con extraños!! Es en la parte central, donde el libro se me hace eterno y pierdo a marchas forzadas las ganas de leer. Demasiadas redundancias y poco avance para llegar a la formación de dos...¿ bandos? ¿Civilizaciones? Que cada cual ponga el nombre que quiera, pero en resumen...el bien frente al mal. Aquí la novela se torna circular, y salir de esta espiral me lleva al cansancio, al aburrimiento y a la siesta de babas oceánicas y ronquidos como cuervo. 2 cajas de omeprazol (medicamento para el ardor de estómago) y 15 litros de laxante concentrado después se produce el desatasco, con el alivio correspondiente. Que sí, que en este intervalo hay pasajes sublimes, pero, ¿era todo necesario? Se hace nuevamente interesante el final aunque doloroso, pero por la fatiga y cuando leer se convierte en esfuerzo, es que algo no va bien. La extensión influye, aunque Los miserables es más largo y ni una misera cabezadita me permití. Claro que os pongáis como os pongáis Hugo, no es King. Y la pregunta del millón: ¿Valió la pena el esfuerzo? Hordas de incondicionales con afilados cuchillos esperan una respuesta que no daré. El cementerio está lleno de valientes. PD. No, hay libros infinitamente mejores. + Leer más |
"¿Te gusta la oscuridad? Perfecto. A mí también" es como termina Stephen King el epílogo de este nuevo y magnífico volumen de doce relatos que se adentran en la parte más sombría de la vida. King lleva más de medio siglo siendo un maestro literario, y estas historias sobre el destino, la mortalidad, la suerte y los múltiples pliegues de la realidad son tan ricas y absorbentes como sus novelas. "Dos cabrones con talento" nos revelará el secreto de cómo estos dos caballeros adquirieron sus habilidades. En "El mal sueño de Danny Coughlin", una explosión psíquica repentina pone patas arriba la vida de docenas de personas, incluido Danny, con catastróficos resultados. "Serpientes de cascabel", secuela de la novela Cujo, nos presenta a un viudo que viaja a Florida buscando descanso y, en su lugar, se encuentra una inesperada herencia… con más de una atadura. En "Los soñadores", un taciturno veterano de la guerra de Vietnam acepta un encargo y descubre que hay algunos rincones del universo que deberían quedar inexplorados. "Hombre Respuesta" nos plantea si el don de la clarividencia es una bendición o una maldición, y nos recuerda que incluso una vida marcada por la tragedia tiene significado. La habilidad del Rey del Terror para sorprender, inspirar y provocarnos tanto miedo como consuelo al mismo tiempo no tiene comparación. Cada uno de estos relatos contiene sus propios escalofríos, alegrías y misterios, y todos son icónicos. ¿Les gusta la oscuridad? Pues aquí la tienen.
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