Tess de los d'Urberville

Tess es una hermosa joven, hija de una familia pobre y más o menos resignada a lo que le corresponde, hasta que el padre descubre que tiene ancestros de la nobleza que perdieron su riqueza. Pero como lo importante es el apellido y lo que representa, la familia parece perder la cordura y se envía a la pobre Tess a visitar a un supuesto primo con aquel apellido, a fin de que la acepten y se propicie un adecuado matrimonio que mejore las condiciones de los suyos. Ahí inicia un calvario para Tess que ha de afrontar el dolor, el rechazo y el escarnio, a pesar de ser una joven bella y trabajadora, aplicada en lo que hace.

Tess ha sido criada para obedecer, sumisa a lo que el futuro le depare, no se cree con fuerza para oponerse ante las adversidades, se ve débil e incapaz de tomar decisiones, se siente indigna ante los demás y culpable de todo lo que pasa. Y es que le pasa de todo.

No voy a hacer resumen, si se deciden a leer, prepárense para sufrir de principio a fin, queriendo entrar en el libro y darle un par de sacudidas a la protagonista para que reaccione y tome el toro por los cuernos, pero no. Porque cuando lo hace, también entonces, las cosas no salen como lo esperamos.

A pesar de todo lo anterior, es una novela que vale la pena leer, encierra una fuerte crítica a la visión de la mujer durante el s.XIX y el sometimiento a que fueron obligadas social y económicamente, pero sobre todo a nivel emocional. Una dura historia que aún en el presente se hace realidad en algunos lugares.

La monótona vida de Tess da un giro de 180 grados cuando descubre que es descendiente de una de las familias nobles que fue cayendo en decadencia hasta disolverse, pero a pesar de no tener fortuna alguna, el apellido d'Urberville sigue siendo prestigioso. Por ello y con el deseo de prosperar y abandonar la pobreza, los padres de Tess la envían completamente sola en busca de un familiar cercano que pueda ayudarla a ascender. Sin embargo, el destino le reserva otros planes y en el preciso instante en el que la joven pone un pie fuera de casa, emprende un camino de desgracias.

Lo primero que destaca de la novela es ese aire melancólico que rodea por completo la historia, una sensación que aumenta a medida que se van sucediendo los acontecimientos. Es un libro que está plagado de dramatismo y de fatalidad, llevando a los personajes por terrenos bastante tristes y desoladores, algo muy característico de las obras de este autor. Y ese sentimiento de pesadumbre se ve claramente reforzado, en parte, por el tema de la muerte, que está muy presente en la obra. Eso sí, la muerte está tratada de una forma muy especial, no como algo horrible a lo que se debe temer, sino como un proceso natural y, desde el punto de vista de la protagonista, redentor.

Por otra parte, la muerte no es el único tema que se trata, sino que abarca un amplio registro. Uno de ellos es la espiritualidad, haciendo constantes referencias a la religión y a las ideas liberales y filosóficas que van surgiendo en contraposición. También se habla sobre las diferencias entre las clases sociales y entre la gente de campo y la ciudad, dando especial importancia a la naturaleza y criticando la industrialización. Hace mucho hincapié en como el modernismo es destructor y los perjuicios que conlleva para la humanidad. Es, sin duda, una obra con mucho simbolismo en la que cada personaje y cada espacio tienen un significado.

En relación a los personajes, tienen una profundidad apabullante y no sólo la protagonista, sino que, en general, la mayoría de ellos son muy redondos y todos tienen un papel clave dentro de la historia. Por lo que respecta a Tess, es una heroína un tanto fuera de lo común pues va de desgracia en desgracia y soporta su situación de la mejor forma que puede, intentando tirar hacia delante, aunque no se lo permitan. La cuestión es que ella es una persona bondadosa, amable con todo el mundo y pura, pero va pasando por una serie de etapas que convierten sus pensamientos y su estado de ánimo en algo un poco más oscuro y os aseguro que es imposible no sentir aprecio hacia ella, es un personaje que genera compasión y empatía.

Asimismo, es una novela en la que todo está perfectamente caracterizado y se refleja con fidelidad no sólo la sociedad sino la cultura, la mentalidad de la época victoriana. Vemos las ideas cerradas que imperaban, los derechos de la mujer y del hombre y como un acto era juzgado de una manera u otra en función de qué genero lo hubiera cometido.

En cuanto a la narración, es muy atmosférica, hace que visualices con total facilidad la campiña inglesa y lo consigue con descripciones sencillas, sin exagerar y sin llenar el libro con párrafos complejos y pesados sobre la forma y consistencia del terreno. Te sumerge en la cultura rural con un lenguaje accesible y a la vez poético. de hecho, la campiña es un personaje más dentro de la historia, afecta a las personas y es testigo de todas y cada una de las desdichas que en ella ocurren.

Os aliento a que le deis una oportunidad porque es maravilloso y no os dejará indiferente, lo recomiendo sin lugar a dudas.

Ay Tess, menuda montaña rusa de emociones me ha supuesto leer tu historia. Una de las más conocidas novelas de Hardy, que cogí ansiosa ya que según todas las sinopsis proclamaban, nos hallábamos ante una historia que era un canto a la mujer rural y al feminismo, con una protagonista fuerte y rompedora que había alzado todas las voces censoras en su publicación en 1891.

Sin embargo, mis emociones se fueron desdibujando desde el principio al igual que la figura de Tess, lo que me encontré fue una mujer sometida a las convenciones sociales y la religión, marcada por una desgracia de la cual no es culpable, se pasa todo el libro flagelándose y sufriendo por ello, aceptando su destino cruel de mujer maltratada. Y yo leía y me decía, ¿dónde está la figura rompedora? No encontraba más que sumisión, culpa, unas figuras masculinas con comportamientos déspotas y prepotentes y una doble moral que hacía a Tess más pequeñita a cada página.

La novela tenía pinta de hacer agua por todos lados, no entendía los comportamientos de los protagonistas, ni hacia dónde tiraba la historia, pero… llegó el final… un final tan sorprendente que logró que Tess resurgiese como una diosa. Un final glorioso, lleno de simbolismo y lirismo, un broche perfecto a una historia que sólo supe valorar en conjunto. La clase de historia que reposas, que meditas y que aflora con toda su fuerza y esplendor. Tess, la nuestra ha sido una relación complicada, pero me has acabado enamorando.

¿Y qué decir de Hardy? Que sea cual sea la historia que me cuente, me atrape la trama y sus personajes o no, Hardy es éxito asegurado. Compone las historias y las ambienta con tal belleza de descripciones, que te atrapan totalmente, transportándote a los más maravillosos paisajes con sus palabras. Y es que con Hardy, el paisaje rural, el campo, la naturaleza, se transforma en uno más de los personajes, dando fuerza a la historia y ambientándola de forma magistral. ¿Es posible leer diez páginas seguidas donde lo único que ocurre es que ordeñan vacas en un prado, y que la escena te resulte sensual, te deje maravillada y deseosa de poder recorrer esos escenarios? Es posible, pero sólo con Hardy.

Este clásico inglés de Thomas Hardy me ha despertado tantas emociones que casi parece que estuviera antes de leerlo en una especie de calma permanente, y digo esto porque Tess es una chica que tiene que superar muchos obstáculos y dificultades en su vida. Ella tiene que sobreponerse a tantas desgracias y a tan temprana edad que es imposible no tener los sentimientos a flor de piel durante la novela. Desde ya os digo que Tess de los d'Urberville es un drama de los de toma pan y moja que te mantiene enganchado al "culebrón" de principio a fín.

También me resulta muy interesante que la obra haya sido escrita por un HOMBRE hace más de 120 años (1891), donde el machismo y la privación de derechos de la mujer estaban a la orden del día tanto en el sentido moral como en el religioso. Pero Thomas Hardy ha conseguido que su obra trascienda los siglos y se haga un título imprescindible para el lector, por la contemporaneidad de su narrativa y porque cuestiona la moral de su época.

Tess Durbeyfield es una chica campesina que junto a sus padres John y Joan Durbeyfield y a sus hermanos pequeños viven en una humilde casita en Marlott. Un día John Durbeyfield descubre que desciende de uno de los linajes más honorables y ricos de la comarca, sino el que más: los d'Urberville. Es entonces cuando la familia decide enviar a Tess a las tierras de los únicos d'Urberville que conocen, para que les reconozcan el apellido con el propósito de aspirar a una vida mejor para su familia. 

Cuando Tess llega a la mansión de los que ella cree que son sus parientes se encuentra con Alec d'Urberville, quien le ofrece un puesto de trabajo cuidando de las aves de corral para así poder ayudar con el problema económico que está sufriendo su familia. En los meses que Tess pasa allí se ve perseguida incansablemente por Alec, que quiere hacerla suya pecaminosamente y sólo piensa con egoísmo irracional en el deseo que siente hacia ella. Tess no imagina que las consecuencias de sus inconscientes actos le acarrearán una vida de obstáculos, frustración y culpabilidad que la hostigarán hasta el fín de sus días.

Un poco más tarde a la época en la que Tess estuvo cuidando las aves de corral de la mansión d'Urberville y después de superar una de las situaciones más tristes de su vida, Tess decide marcharse lejos hacia el sur, a Talbothays y probar suerte en la lechería que una conocida le ha recomendado. Allí conoce a Angel Clare, el hijo de un importante y aclamado clérigo que está aprendiendo los oficios del campo con el objetivo de tener su propia granja en un futuro próximo. Angel y Tess se enamoran el uno del otro y sienten un deseo puro y sano de estar juntos. Son respetuosos y a la vez se aman con ferocidad, es por esto que Angel quiere hacerla su mujer para poder ser feliz con ella toda la vida. Pero el destino es caprichoso y no todo es lo que parece.

Claramente habrá un triángulo amoroso, que más que trágico yo diría que es funesto, entre Tess  y los dos hombres que se han cruzado en su vida: Alec d'Urberville y Angel Clare, los dos tan diferentes y, a la hora de la verdad tan parecidos. Tess sufrirá en lo profundo de su ser hasta la más efímera virtud de su belleza. Padecerá por su amor puro y sincero y se resignará a un destino incierto.

Recomiendo encarecidamente esta novela: es una obra de arte, una genialidad de la vida victoriana inglesa que muestra con todo detalle la ambientación rural del siglo XIX en conjunto con las corrientes religiosas de la época.

En esta novela no hay rastro del tono amable, irónico e incluso humorístico que encontré en "Lejos del mundanal ruido". "Tess de los D'urberville" es una novela mucho más oscura, pero igual o incluso más fascinante que la anterior.
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Tess Duberfield es una adolescente, hija de granjeros y la mayor de una familia numerosa que vive continuamente en la frontera de la miseria. Un buen día, los Duberfield descubren, de forma casi fortuita, que provienen de una familia de abolengo ya extinguida. Pronto verán en esta noticia la puerta a una vida mejor y utilizarán a Tess para conseguirlo. A partir de ese momento, la vida de Tess se convierte en un ir y venir de calamidades que marcarán su futuro para siempre.
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En esta novela Thomas Hardy cuestiona y rebate la rígida moral victoriana y lo hace a través de la figura de Tess, una víctima de los prejuicios sociales. Tess es objeto de las mayores atrocidades por parte de los hombres, sin embargo la juzgada y la condenada es ella porque es lo más fácil, porque su atractivo es una provocación y porque querer ser independiente es terreno vedado para la mujer. A través de una crítica brillante, minuciosa y explícita el autor el trata por todos los medios de salvar a Tess del ojo acusador de la sociedad del s.XIX, algo que le costó mas de una crítica e incluso la censura de algunos capítulos de la novela.
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Por otra parte, la tragedia vivida por Tess contrasta con las bellísimas descripciones de la naturaleza que Hardy nos regala a lo largo de la novela. Hardy nos da un respiro a través de fértiles valles, ríos que reflejan la luna y paisajes teñidos de blanco por la nieve. Hardy es un genio describiendo y, tanto en este libro como en "Lejos del mundanal ruido", encontrarse con sus descripciones es un regalo.
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"Tess de los D'urberville" me ha dejado poso. La lectura fue dura, empatizar con Tess fue tan tierno como destructivo. Necesité parar en algunos momentos para coger aire, porque la historia de la protagonista asfixia, hiere y enfada. Leer esta novela es un ejercicio intenso y emocional, pero también muy bonito.