Creo que es total y completamente mi culpa, por el momento en el que lo leí, pero esta segunda parte no me ha convencido tanto como la primera. Hay que admitir que la trama está muy bien llevada, que se nota mucho más trabajada que la del primer libro. La autora, se toma la molestia de intentar confundirnos y liarnos pero, en mi caso, no lo ha conseguido, me imaginé la mayoría de las cosas que iban a suceder desde el inicio, es más, hay una cosa que no se termina de resolver y creo que tengo bastante claro como se desarrollará en el tercero. En esta segunda entrega seguimos teniendo ese humor que tanto me gustó de la primera pero mucho más rebajado, en este caso, lo que más predomina es la acción y el no parar de suceder cosas. Finlay, en el primer libro, me encantó pero, en este, se me ha hecho un poco más insoportable, tomaba decisiones que no se podían justificar por ningún lado pero lo que más me ha sacado de quicio es que siempre salía ilesa, nunca le pasaba nada (y a Vero tampoco), cosa que ha hecho que pierda el interés ya que sabía que por más peligrosa que fuera la situación en la que andaban metidas, no les iba a terminar sucediendo nada. Lo que más me ha gustado del libro (y mira que me sabe mal), ha sido la historia de amor de Fin con los dos intereses amorosos, quería saber más y que ellos aparecieran en más escenas, a pesar de que ninguno me caiga demasiado bien, Nick es excesivamente pesado y Julian aparece y desaparece cuando le viene en gana. A pesar de ello es un libro entretenido, que se lee rápido y que te asegura risas e historias disparatadas. Leeré la tercera parte cuando se publique es castellano. + Leer más |