A este libro he llegado con sensaciones opuestas; por un lado, la maravillosa acogida que ha tenido y que dicen que es el mejor debut literario en años y por otro lado, había leído varias reseñas en las que se decía que iba de más a menos. Así que lo leí para hacerme mi propia idea, y porque era el primero del club de lectura de este 2024. La novela tiene un inicio muy duro que me recordaba levemente a El guardián entre el centeno (JD Salinger), así que tampoco me sorprendería. esa agresividad en un adolescente con problemas familiares (básicamente, una familia desestructurada en toda regla, padre ausente, enfermedad mental, muertes en la familia, etc.) como poco a poco vamos descubriendo y que odia a su madre y la preferencia ver muerta. Paulatinamente vi cómo hacía preciosas descripciones de cosas horribles con una belleza rozando lo sublime, y en estos pasajes me recordaba a El informe de Brodeck (Philippe Claudel). También adiviné la causa por la que su madre se lleva al protagonista a Francia mediante engaños ya cambio de dejarle conducir a pesar de ser menor de edad. Hasta entonces nada nuevo, pero de pronto, ves que todo lo que está contando es en realidad un ejercicio que le manda su psiquiatra para recordar aquel verano en que su madre tuvo los ojos verdes, como si ordenando esos recuerdos se le solucionase su problema actual . A través de sus ojos vamos conociendo a los miembros de su familia, a su madre, sobre todo, pero también a su abuela, a su hermana, a Moira, a los vecinos del pueblo. Todo va encajando y cuando llegué al final tuve que reconocer que el final era muy bueno, y que novela iba siguiendo una fulgurante estela hacia arriba. No quiero añadir nada más para que no os pase como a mí con las expectativas, pero leedla, deja mucho poso. + Leer más |