AdN Editorial Grupo Anaya

¿Hasta dónde pueden llegar las consecuencias de nuestras acciones? Incluso aquellas más ínfimas o que no prestamos atención, pueden tener consecuencias devastadoras en otras personas. Esta es la lección que debe aprender la protagonista de esta historia. Ellen es una profesora, esposa y madre de una hija adolescente y dos gemelos. Una ciudadana ejemplar, que lleva una vida ajetreada entre compromisos y vida familiar, que ve como su día a día y su reputación empeora por momentos.

Todo empieza cuando recibe una nota anónima con un mensaje inquietante: “Las personas tienen que aprender que hay consecuencias. Voy a enseñarte una lección. Justo delante de tus narices”.



A partir de aquí, todo es una sucesión de desdichas en la vida de Ellen. Alguien, que ella no consigue descubrir su identidad, no para de tenderle trampas para destruirla. El cerco parece estrecharse cada vez más alrededor de su familia y de todo lo que más ama.



Esta es una novela de suspense psicológico, narrada con estilo original y fluido, lleno de diálogos ácidos y brillantes, incluso con algún toque desenfado, pero llena de tensión, que atrapa y hace que no puedas parar de leer. Está contada de tal manera, que consigue que queramos saber más, no solo de los sinsabores de Elle, sino de los dramas familiares o entre vecinos. Personajes muy bien desarrollados y con su toque de misterio que se disfrutan muchísimo.



Una historia de venganza y rencor hasta la locura, de las consecuencias de nuestros actos y de cómo nuestro pasado nos marca como personas.

Si te gustan las historias bien desarrolladas y llenas de misterio y tensión, no debes perderte “Cinco malas acciones”.

¿Cómo reseñar una novela que no sabes muy bien cómo definir?



'Animalitos', de Lucía Alba Martínez, es la historia de Inés, una joven estancada en un bucle autodestructivo de sexo esporádico y abuso de alcohol. De fondo, el miedo a dejar ir una relación tóxica de la que sigue teniendo una dependencia emocional brutal, y también la resistencia a aceptar que ha llegado el momento de dar un salto y sucumbir a la inevitabilidad de una vida con rutinas, responsabilidades, compromisos...



Hay un aspecto de 'Animalitos' que para mí ha sido una gran virtud y a la vez su mayor hándicap: su agilidad y su frescura. Es una novela que se bebe, no solo por su brevedad, sino por el estilo propio tan marcado de la autora, que incita a seguir leyendo sin poder parar. Esto hace que sea muy entretenida y que se pase volando, cuando en realidad creo que es necesario reposar cada párrafo prestando mucha atención a los detalles.



Y es que dentro de esa espiral de pensamientos desenfadados, de aparente espontaneidad, e incluso de descripciones explícitas de prácticas sexuales que escandalizarán a más de una (sirva esto de aviso), se encuentra una extraordinaria belleza dotada de una profundidad sutil que contrasta con el comportamiento de la protagonista.



Inés se refugia en el sueño y los recuerdos de su anterior relación y de su infancia mientras intenta rellenar las grietas de su vulnerabilidad y su precariedad emocional, para que su mundo no termine de colapsar. Como si esos resquicios fuesen la validación de su bucle: no importa no poder (¿o no querer?) salir de él mientras ese pasado anhelado sea lo que realmente dota de sentido a su existencia.



Quizás ahora sí me atreva a definirla: Un retrato apabullante de la inestabilidad de una generación que no se encuentra a sí misma hacia la mitad de la veintena, envuelta por una voz única que se estrena en la narrativa por la puerta grande.
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«Hay mucha gente que está llena de mierda y otros sufren las consecuencias»

 

«Voy a matar a tu hijo», así empieza esta novela y sobrecoge pensar que un padre pueda pronunciar tal frase para torturar a su exmujer. Y me pregunto, ¿cómo protege la justicia a estas mujeres? Es complicar una reseña sin revelar lo más importante de la novela que fue lo que más llamó mi atención, puede resultar un spoiler, me voy a ajusta a la sinopsis, aunque no podré evitar salirme.

                Nuestra protagonista, Adriana, es limpiadora de escenas de crímenes violentos, así es como se topa con el inspector Alberto Beranga, que, tras un breve comentario insustancial de ella en el escenario de un crimen con tortura, la ve como su primera sospechosa, de este y de los sucesivos asesinatos. No se le puede juzgar con dureza, en esta novela cada uno de los personajes carga con sus propios problemas que interfieren en su razonamiento.

                El hilo principal, la recuperación de una mujer que perdió su individualidad, aunque Adriana es más fuerte de lo que ella cree y cabría esperar, en poco tiempo está encauzando su vida, sin ayuda y aislada. El maltrato silencioso, tema principal, cuando la víctima es consciente de que sufre tal destrucción, ya está en plena caída a los infiernos. Marcos es uno de esos hombres que minimizan los logros de su mujer, que controla sin dejar espacio, que da vuelta a todo para anular, culpabiliza, aísla y distorsiona hasta que Adriana, pierde su individualidad y su realidad.

                No es un thriller trepidante, sí mantiene el ritmo, vas descubriendo los detalles, las claves que llevan a descubrir las preguntas claves, «¿Quién? Y ¿Por qué?».