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No hay nada más difícil que parecer natural cuando precisamente se está pensando en ello.

En aquella España bajo cero, la infancia era el único deshielo posible.

Había oído la voz de la tienda y ya nada podía detenerme. Era como si la tienda me hubiera transferido sus necesidades y la imagen que deseaba ofrecer. No era yo quien hablaba, sino ella. Yo me limitaba a transferir el mensaje que ella me había revelado.

La muerte es una boca desdentada que nos sorbe la vida minuto a minuto.

Dicen que en tiempos estrechos y caminos largos, se conocen los buenos amigos.

La sabiduría no reside en conocer todas las respuestas, sino en saber qué preguntas has de hacerte.

En cuanto al crimen perpetrado contra María Victoria Williams fue determinante la proximidad entre la finca del indagado y la casa donde residía la víctima. Esta joven desapareció en el corto tramo que discurría desde su domicilio hasta la parada del ómnibus, cuando esa lluviosa mañana del 8 de febrero de 1993 se dirigía a su trabajo. No se detectaron signos de lucha ni se la vio subir al automóvil de algún extraño, lo cual hubiera sido contrario a los recatados hábitos de la muchacha.

Para aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en sierpe la mano y lo desgarre. Que quede paralizado y condenados todos sus miembros. Que desfallezca de dolor suplicando a gritos misericordia y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca.

Los epílogos de las guerras siempre son capítulos molestos.

Ella lo miró con una sonrisa insinuante, pensando en que le gustaría arrastrarlo a la cocina y meter ese colgajo del que el estaba tan orgulloso en la picadora de carne.

Todas (las personas) son interesantes, absolutamente todas... Porque nunca se llega a saber realmente cómo son o qué es lo que piensan en realidad.

Allí donde habla el corazón es de mala educación que la razón lo contradiga.

Ninguno de ellos la había visto nunca, pero una cosa era cierta: en la Corte había ya demasiadas mujeres.

Una misma persona, a sus distintas edades, en distintas situaciones de la vida, es alguien totalmente diferente. Unas veces está cerca del diablo y otras del santo. Pero siempre se llama igual y siempre se trata del mismo hombre.

Cuando las gentes del mar gobiernen también en tierra habrá paz y en las plazas públicas, en lugar de monumentos a generales que provocaron guerras, se levantarán fuentes con delfines.

El anciano se acerca a la ventana. El viento ya no agita el árbol, pero la noche ha hecho brotar en la ciudad miles de luces que titilan y parecen desplazarse. Son como estrellas caídas que intentasen alzar el vuelo para regresar al firmamento. Pero no pueden. No es posible volver a lo que se ha perdido, piensa el señor Linh.

Los hombres habían visto tantas veces a los niños jugar a la guerra con pistolas de madera que decidieron construir armas y jugaron a la guerra de verdad.

Se hacen a la mar con tumulto ruidoso, aunque no enfurecido. Las campanas han enmudecido y se puede oír el jaleo del viejo órgano de la iglesia, con sus pulmones corroídos por el salitre.

(La edad de oro)

La cinta aislante funciona en todas partes. La cinta aislante es mágica y digna de adoración.

Vine, vi y dios venció.