Contra el viento de
Ángeles Caso
La vida tomará su propio impulso, girará sobre sí misma, dará volteretas, irá arriba o abajo repentinamente, enloquecida, brutal, y nos empujará a su capricho, hacia el paraíso o el abismo, al margen de nuestro esfuerzo y nuestros méritos. Es mentira todo lo que cuentan: nuestros actos no tienen consecuencias. Sólo son un derroche de energía, una salpicadura de patéticos intentos por aferrarnos a algo perdurable, la satisfacción, el bienestar, la comodidad... Creamos familias, construimos casas, levantamos negocios, nos dejamos la piel en cada gesto, y todo se desmorona en un instante, sin que podamos hacer nada por retenerlo. O, por el contrario, vemos cómo surge a nuestro alrededor un espacio bendito sin que nosotros hayamos movido un dedo a su favor, partiendo de la nada y sostenido en nuestra nada interior, en nuestra desidia o nuestra maldad que resbalan sobre el mundo, como si a él no le importase en absoluto nuestra manera de acariciarlo o de agredirlo.