La felicidad da mucha faena de Sandra Hochman
Nunca antes me había sentido menos agotada, más capaz de cambiar mi vida y vivirla en todos sus absurdos laberintos y sus complejidades gratuitas. Y sin embargo, seguía guardando en las entrañas un viejo agotamiento, el miedo, rechazo incluso, a compartir esa parte asustada que había en mi.
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