La maldición de los sueños de Rebecca Ross
(...) pero los dos últimos días me han demostrado que el propósito puede aparecer en lugares inesperados.
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La maldición de los sueños de Rebecca Ross
(...) pero los dos últimos días me han demostrado que el propósito puede aparecer en lugares inesperados.
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La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Nos quedamos callados, contentos de estar simplemente sentados uno al lado del otro. Y entonces Phelan susurró: —¿Puedo abrazarte? Se me agitó el corazón, batiendo una canción embriagadora dentro de mi sangre. |
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Y yo estaba aprendiendo con rapidez que nuestros sueños intentaban desenmascararnos a nosotros mismos y nuestros planes. Nuestros secretos, nuestro pasado. Nuestras esperanzas. Nuestros deseos. |
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Una vez creí que la magia, los secretos y las creencias nos habían separado. Pero, al final, creo que nos volvieron a unir con hilos más fuertes.
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La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Pero a veces las cosas tienen que romperse antes de que puedan volver a construirse, para así poder forjar algo más fuerte.
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La maldición de los sueños de Rebecca Ross
(...) cuando viste mi reflejo en el espejo —expliqué—. Cuando dijiste mi nombre…, la piedra que hay dentro de mí se agrietó. Y no me arrepiento de que lo haya hecho, porque había olvidado lo vital que es que te conozcan por quien eres y no por lo que finges ser. Había olvidado lo maravilloso que era que te vieran, incluso con tus defectos y cicatrices.
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La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Pero tal vez el amor no fuera algo fácil de olvidar, incluso cuando se había reducido a cenizas.
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La maldición de los sueños de Rebecca Ross
No nos damos cuenta de lo poderoso que es un sueño, tanto en el mundo en el que dormimos como en el que estamos despiertos, hasta que nos lo han robado.
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La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Mi corazón cantó con un deseo vibrante, un dolor se ramificó a través de mí, como un aviso agudo que me robó el aliento.
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La maldición de los sueños de Rebecca Ross
El sonido de mi nombre pronunciado por él fue como un beso inesperado en los labios.
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