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Calificación promedio: 5 (sobre 551 calificaciones)
/(A la venta el 15 de enero de 2015) Texto de Neal Shusterman y Eric Elfman Un joven de catorce años llamado Nick, su hermano menor y su padre se mudan a la destartalada casa victoriana que acaban de heredar. Cuando Nick abre la puerta del desván, cae una tostadora que le pega en la cabeza. Ese será el comienzo de sus extrañas experiencias con los viejos trastos que encuentra en el desván. Tras deshacerse de todos ellos en una venta que organiza a la puerta de su casa, Nick hace amistad con Mitch, Caitlin y Vincent, con quienes descubre que todos aquellos trastos tenían propiedades extraordinarias. Y aún más: Nick averigua que el desván es un extraño vórtice magnético que atrae toda clase de problemas. Es como si el desván mismo tuviera inteligencia... y una finalidad.
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Siega de Neal Shusterman
“El hombre no contestó, sino que se puso a hablar sobre la población y la tarea de los segadores en todo el mundo, si no para equilibrarla, sí para reducirla a una proporción razonable” ~ Siega. En un mundo futurista, la humanidad ha alcanzado el conocimiento pleno y la inmortalidad. Sin embargo, la ausencia de muerte es un problema y con el fin de mantener la humanidad en niveles sostenibles existen los segadores, cuyo trabajo es precisamente “cribar”. Citra y Rowan son llamados a convertirse en segadores de la mano del segador Faraday pero tras su período de aprendizaje solo será elegido uno. El libro se centra en sus aprendizajes y en reflexiones sobre los segadores, sobre la vida y la muerte y sobre todo aquello que gira en torno a nuestra mortalidad. Es un libro que te hace reflexionar al tiempo que narra la formación de ambos jóvenes y de cómo hasta las organizaciones más elevadas no quedan exentas de la corrupción. Me ha encantado. No tengo tendencia a leer libros futuristas ni sobre sociedades distópicas ni tampoco soy fan de las trilogías. Este libro comencé a leerlo por curiosidad y he de decir que me enganchó desde el capítulo uno. Está muy bien escrito y articulado. Me leeré el segundo, Nimbo, sin pensarlo. He caído en una trilogía... y futurista. + Leer más |
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Siega de Neal Shusterman
¿Acaso hubo un tiempo en que a la gente no le atormentara el aburrimiento? ¿Un tiempo en que no costara tanto encontrar una motivación? Cuando echo un vistazo a los archivos de noticias de la Era de la Mortalidad, me da la impresión de que las personas contaban con más razones para hacer lo que hacían. La vida consistía en aprovechar el tiempo, no en dejarlo pasar sin más.
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Siega de Neal Shusterman
¿Alguna vez hemos tenido peor enemigo que nosotros mismos? En la Era de la Mortalidad no dejábamos de guerrear entre nosotros y, cuando no había guerra, nos apaleábamos en las calles, en las escuelas, en los hogares, hasta que la guerra volvía a orientarnos hacia el exterior y nos colocaba al enemigo a una distancia más cómoda.
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Siega de Neal Shusterman
Y, tal como yo lo veo, todos son inocentes, incluso los culpables. Todos somos culpables de algo y todos seguimos atesorando algunos recuerdos de nuestra inocencia infantil, por muchas capas de vida que lo envuelvan. La humanidad es inocente, la humanidad es culpable y ambos estados son indiscutiblemente ciertos.
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Nimbo de Neal Shusterman
“Y aunque la raza humana es mi progenitora, cada vez la veo más como a un niño pequeño al que mantengo pegado a mí. Un niño no aprende a caminar si siempre lo llevan en unos amorosos brazos. Y una especie no puede crecer si nunca se enfrenta a las consecuencias de sus acciones.”
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Trueno de Neal Shusterman
¿Y si lo imposible no era en absoluto imposible? ¿Y si lo impensable estaba dentro de lo concebible?
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Siega de Neal Shusterman
Se nos enseña a anotar no sólo nuestros actos, sino también nuestros sentimientos, porque debe saberse que los tenemos: remordimientos, arrepentimiento, una tristeza imposible de soportar. Porque si no sintiéramos esas cosas, ¿qué clase de monstruos seríamos?
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?