John Canaday

Lo que vemos y disfrutamos de una pintura pertenece a la experiencia personal más estricta. Hay ciertos factores que sobrepasan la mera preferencia personal y que influyen necesariamente en toda opinión lúcida. No es posible reaccionar plenamente ante una pintura sin entender los medios que el artista usó para comunicarse con nosotros; es menos posible captar la belleza de Shakespeare sin adquirir previamente su vocabulario. Sólo cuando los medios de expresión de una pintura son entendidos con claridad podemos comenzar a interpretarla en los términos de la intención del artista.

El mundo del arte no es un lugar de misterios, a pesar de ser un territorio relativamente extraño para algunos de nosotros. Nadie es completamente inocente en materia de arte. El hombre de la calle sabe lo que le gusta, aunque en muchos de los casos sea incapaz de decir por qué.