Barrio Lejano - Edición Definitiva de Jiro Taniguchi
El tiempo... ¡No se puede cambiar el tiempo que ha pasado!
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Barrio Lejano - Edición Definitiva de Jiro Taniguchi
El tiempo... ¡No se puede cambiar el tiempo que ha pasado!
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El almanaque de mi padre de Jiro Taniguchi
El sake es un ser vivo... hay que estar siempre atento a él y cuidarlo, chico. Fíjate bien en cosas como la sala de la malta de arroz o las particularidades de cada cuba. Si les hablas poniendo tu corazón en ello, te responderán en consecuencia y conseguirás un buen sake. |
El almanaque de mi padre de Jiro Taniguchi
Yo no me había ocupado de mi padre ... Y, en cambio, mi madrastra, mi hermana y mis parientes le habían dado todo su cariño. Nadie me acusó de haber abandonado el pueblo, la familia y a mi padre. Al contrario ... El pueblo me recibió con los brazos abiertos. Todo parecía preguntarme por qué en el fondo de mi corazón tenía yo aquel resentimiento contra mi padre.
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Jiro Taniguchi
Nunca he detestado mis dibujos, pero es cierto que a veces he sentido un cierto temor. Se manifiesta cuando constato los límites de mi capacidad y de mi técnica, en el momento de representar una nueva historia. Tengo la sensación de deber siempre aumentar mis posibilidades de expresión, ya sea del dibujo, de la puesta en escena o de la composición. Trabajo constantemente afrontando el dilema de que mis obras no serán jamás perfectas… Cuando me lanzo a un nuevo proyecto, necesito una gran concentración para superar la presión que siento. Tengo todavía un montón de cosas que aprender como mangaka.
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El almanaque de mi padre de Jiro Taniguchi
Probé a pasear por aquel pueblo tranquilo que tantos recuerdos me traía. Entre los edificios modernos, quedaban todavía hileras de casas que yo recordaba haber visto de pequeño. Sentado en un banco de las ruinas del castillo, miré la vista panorámica de la ciudad y sentí que era mágico que yo estuviera allí en aquel momento. Me venían a la mente recuerdos muy variados de cosas que yo había olvidado. Aquí es donde todo empezó para mí. Nunca hubiera imaginado que el paisaje de mi pueblo me hiciera sentir tan bien y me enterneciera tanto. Jirō Taniguchi en el Epílogo de la obra |
Jiro Taniguchi
Soy budista y me interesa especialmente uno de los principios enseñados por Buda que se llama mikkyô. Esta doctrina propone una visión profunda del universo. Pone en evidencia la influencia de los deseos sobre el hombre y nos enseña que lo importante para guiar a buen puerto nuestra existencia, reside en el principio esencial de la “virtud”.
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El almanaque de mi padre de Jiro Taniguchi
Ahora, al volver al pueblo después de más de diez años, aparecían uno tras otro ante mí, aspectos de la personalidad de mi padre que desconocía. Comprendí lo profunda que era la zanja que se había abierto entre los dos durante todos aquellos años en que evité hablar con mi padre.
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Los Guardianes Del Louvre de Jiro Taniguchi
Todas las cosas, por pequeñas e insignificantes puedan parecer, tiene su vida y su historia
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El almanaque de mi padre de Jiro Taniguchi
Aquel año, aprovechando que tenía que ir a Kioto a hacer unas localizaciones para un manga, decidí sacudirme la pereza e ir a Tottori después de tanto tiempo. Cuando estaba hablando y tomando unas copas con mi familia, mis parientes y mis amigos, vi que ellos no habían cambiado mucho, quizás solamente habían envejecido un poco; y esto me tranquilizó. En ningún momento me hicieron sentir que había estado lejos tanto tiempo; me recibieron con enormes muestras de cariño. Será porque viven en ese ambiente cálido de campo. Puede que el que más había cambiado fuera precisamente yo. Jirō Taniguchi en el Epílogo de la obra |
El almanaque de mi padre de Jiro Taniguchi
Estuve mucho tiempo sin ir a Tottori, mi pueblo natal; tanto que llegué a olvidar cuando había sido la ultima vez que fui. No había en mi vida ninguna complicación que me impidiera ir al pueblo. Era sólo debido a que tenía mucho trabajo y me daba un poco de pereza salir. Yo soy el hermano menor y mis padres, que están en el pueblo, viven con la familia de mi hermano mayor y están bien. Para mí el pueblo era un lugar al que, si no iba, no pasaba nada. Creo que en este sentido, no me he portado demasiado bien con mis padres. Jirō Taniguchi en el Epílogo de la obra |
El invierno en...