Hablemos de amor de Claire Kann
Siempre se reía de los personajes que perdían hasta el último ápice de sentido común en la tele y las pelis cuando alguien demasiado atractivo como para describirlo se cruzaba en su camino. Si ese chico actuase en una serie, se lo consideraría del nivel de atractivo que provocaría giros argumentales a mitad de la temporada y vuelcos de ciento ochenta grados en el segundo acto, que dejarían al espectador al borde del asiento porque sus queridos personajes estaban acabados tras perderse en esos ojos de color marrón oscuro.
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