La tienda de la felicidad de Rodrigo Muñoz Avia
Descubrir caraduras como usted vuelve a inflamarme los mismísimos y también el ánimo. Lo que me preocupa no son los 30 euros que me ha soplado, sino a cuántos incautos como yo puede estar estafando sin ningún escrúpulo. Confiando en que el día en que usted enferme recurra al autodiagnóstico, se despide eternamente, Carmelo Durán Reyes. |