Simbad El Marino de Francisco Anton Garcia
Cuentan que el día en que a Simbad el marino se lo llevó la muerte, el mar se volvió negro de tristeza. Para entonces, la historia de aquel viejo mercader y ahora bien conocida en Arabia y corría de pueblo en pueblo por otro reinos de Oriente. Todas las noches al salir la luna, los beduinos se la contaban al amor de sus hogueras, y cada vez que pensaban en Simbad creían oír el rumor de las olas en medio del desierto.
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